Hoy ha sido el funeral de Agustín. Núria lo describe en su blog a la perfección. Era un hombre libre, nunca se casaba con nadie, iba a su aire pero era valiente y nunca obviaba el expresar aquello que pensaba pero sin dogmatismos, sin estridencias. Como dice Núria, cuando estaba tan enfermo, ninguna de las dos nos atrevíamos a llamarlo porque al estar mal no sabíamos qué decirle. Él llevaba la conversación y nos liberaba del peso de tener que darle ánimos cuando a nosotras no nos salían.
A finales de enero nos reunimos en una comida las fotos de la cual podéis ver en la anterior entrada. Estaba muy enfermo. Creo que todos éramos conscientes de que sería la penúltima reunión. La última ha sido hoy.
Era deportista y además pertenecía al gremio de la tiza, como él decía siempre, con especialidad en Educación Física. Tenía una gran disciplina, tanta que, sin tener ganas, se esforzaba en comer a pesar de su estado. Hoy vestía chandal ¡Con dos cojones! Así lo había decidido él.
Hace un par de semanas acudimos a verlo al hospital. Nos contó que se moría. Con una serenidad que nos dejó petrificados en el sofá de la habitación. Al acabar su explicación se dirigió a mí y me preguntó -Y tú, ¿cómo te encuentras?. Yo balbuceé - Bien, estoy bien.
Hoy ha sido día de muchas emociones, eso me pasará factura mañana. Por una parte el dolor de perder a un amigo, el dolor de ver a Luisa, su compañera, y a sus hijos que lo han perdido. Por otra se me han revuelto las tripas de ver a personas que hace años nos hicieron mucho daño. Hay heridas que no se cierran y hoy lo he comprobado. Pero esa es otra historia...
Siento lo de tu amigo.
ResponderEliminarUn petonet dolç
Hola Carmen, cuando he visto tu comentario me quedé pensando quién eras, ya que no sé el porqué te hacia a ti en en los espacios, es que este mes ando perdida total, han sido muchas cosas, demasiadas, para mi. Lamento mucho lo de tu amigo y compañero, yo he despedido a dos personas muy queridas en poco tiempo, la verdad es que aunque sabes que es ley de vida, siempre cuesta. Curiosamente, antes cuando venía del medico (ahora me está dando la lata la garganta) me encontré una amiga que tiene fibromialgia, pero es un torbellino, ha pasado temporadas muy malas, pero cada vez que la veo, me contagia su vitalidad. Al despedirme me acordé de ti, pensé que hacía tiempo que no pasaba a verte, y mira que casualidad. Ánimo, te dejo un besito.
ResponderEliminarBueno, mujer, la vida sigue. Tiene que seguir. Tú, con cooooraje para tirar palante. Claro que a veces te ecuentras con gente que hicieron daño. Pero como decía la "parejita feliz": dientes, dientes, que eso les jode...
ResponderEliminarPues eso, amiga Carme, haznos el favor de ser feliz...
JoseA
Sé muy bien como te sientes.
ResponderEliminarYo perdí en el dos a un hermano. También fue perdiendo la vida durante dos angustiosos, larguísimos años.
Cuando murió, mi cuñada y yo, abrazándonos y llorando, nos dijimos: ¡por fin ha dejado de sufrir!
Y luchó como el que más, como tu amigo.
A mi hermano, la metástasis le jugó una mala pasada, pese a ser también del sindicato de la tiza, se le olvidó escribir.
Pero, amiga mía, la vida continúa..
Nunca, nuestros seres queridos, se irán mientras los recordemos con cariño y sí, también con alegría.