viernes, 5 de marzo de 2010

Los hijos y la fibromialgia

Copia de Copia de escanear0023 Leo una entrada de blog titulada Padres con Fibromialgia.  Me parece una entrada almibarada y alejada de la realidad.

“De hecho, creo que la fibro ha sido una bendición porque me ha obligado a tomar las cosas con calma y a conocer realmente a mis hijos.”

¡¡¡Y una mierda como un piano de cola!!!

Perdonen ustedes mi exabrupto pero me ha sido imposible contenerme.
 
Desde muy joven padecí síntomas de fibromialgia. Dolores, agotamiento… Pero todo ello fue incrementándose con el paso del tiempo. Hubo un momento de mi vida en que mi sistema nervioso se sobrecargó de tal manera que me cortocircuité y acabé tirando de esta enfermedad crónica.

El trabajo como maestra conlleva mucha responsabilidad y mucho estrés mental. Además tengo un carácter excesivamente perfeccionista y responsable, probablemente debido a una falta de autoestima como ya he dicho en otras entradas. Si se me permite el vulgarismo, debía ser la más mejor.
 
Fui madre con 32 y 34 años, además trabajaba y mi marido se tomaba su trabajo tan en serio que su implicación en el hogar y en la familia prácticamente se limitaba a aportar recursos económicos y a dar más trabajo en casa. Si le preguntasen a él tendría otra opinión pero como este es mi blog escribo lo que percibo y lo que me da la gana.
 
Como eran tan perfeccionista acabé durmiendo unas 4 horas diarias porque después e trabajar toda la jornada, venir y cuidar a mis hijas, hacer las tareas domésticas y el trabajo que los maestros nos traemos a casa era lo único que me quedaba.
 
Cuando mis hijas tenían 7 y 9 años decidí separarme.
Fue en ese momento cuando mejor empecé a sentirme conmigo misma. Cuando me deshice de la rabia que tenía contra alguien que yo creía que no miraba por mí. Cuando la enfermedad me pilló desprevenida y se desató con toda su furia.
 
Ser madre con fibromialgia no es fácil. ¡Qué cojones vas a ser una bendición! Es un tormento porque sufres en carne propia los dolores y el agotamiento y cargas con el sentimiento de culpa por no poder atender a tus hijas como merecen.
 
No es una bendición no poder acompañarlas a alguna actividad porque no puedes ni caminar.
 
No es una bendición decirles que si quieren cenar tienen que meterse una pizza en el horno porque no te tienes de pie.
 
No es una bendición que te vean llorar de dolor.
 
No es una bendición que sufran tu mal humor y tu ira porque no puedes soportar más los dolores que se clavan como dentelladas calientes sobre tu carne.
 
Ellas maduran más que otros niños pero eso tampoco es una bendición porque los niños, como la buena fruta, tienen su tiempo.
 
Ellas han madurado también a fuerza de dolor y ese dolor no hace más que incrementar el mío.

6 comentarios:

  1. Cariño, eres la mejor madre del mundo con o sin.
    Besos, te quiero.

    ResponderEliminar
  2. Gracias a ti también por estar ahí siempre

    ResponderEliminar
  3. Carme, no vuelvas a decir lo bien que escribo.
    Clara, Carme, y con un par...
    Ánimo, Carme !!!

    ResponderEliminar
  4. Amen
    Que tengas un fin de semana hiper estupendo
    te dejo un puñado de besos de colores relajantes

    ResponderEliminar
  5. DªCarmen , mi respeto y mi admiración por usted, ES TODA UNA MUJER VALIENTE.

    Dª Carmen, espero que poco a poco vayamos conociéndonos y, cuando lo hayamos logrado, espero no decepcionarla demasiado.

    No le de más vueltas. Soy escritor y sólo traje ese texto con la intención de compartir su belleza con ustedes. Además de aprender alguna cosita al respecto que nuestro catedrático D. Antonio nos aportará si lo desea.

    ¿No habrá pensado usted que estoy haciendo exaltación del asesinato político, verdad? Tranquila. No van por ahí los tiros.

    Gracias por darnos una oportunidad a los flacuchos, pies planos, calvos con seborrea y halitósis, lastrados por nuestra barriguita cervecera, frente a esos madelmans musculados prefabricados en los gym.

    Por esta vez, me ha salvado la labia, ya que a entretener "echando carreta" (charlando) pocos me ganan y eso hace que las chicas se olviden algo de la caspa.

    Me encanta que se sincere respecto a la delicadez de su piel y a los cuidados que los varones deben mantener al acercarse a usted con sensuales intenciones. Me gusta mucho su sinceridad. Y agradezco la oportunidad que nos brinda a los pobrecitos "seres humanos" vulgares.

    La imagen del almanaque de las cajas de mantecados, insuperablemte kitsch, estoy viendo la casa de mi abuela.

    Un abrazo muy grande, amiga mía.

    ResponderEliminar
  6. esperanza15/3/10 00:47

    Que razon tienes una enfermedad no puede ser una bendicion ,ni te ayuda a crecer como ser humano como tambien e leido por hay ,sera por mi rabia y mi incapacidad de acptar esta enfermedad pero no le veo ninguna ventaja,a estar muerto en vida.besos.

    ResponderEliminar

Y tú ¿qué opinas?

yo_denuncio