Catalunya, 11 de Setembre

Decenas de miles de personas han colapsado el centro de Barcelona. A ella han llegado multitud de autocares en los que viajaban ciudadanos provenientes de toda Catalunya para manifestarse a favor de la Independencia.

Dentro de la situación econòmica que vive El Estado Español y Europa, reivindicar la Independencia se convierte en una pantomima, en una distracción. Los gobiernos neoliberales, catalán y español, están actuando contra la población, privándonos de derechos, de servicios. El gobierno de Mas en los últimos  meses ha recortado servicios en Educación, en Sanidad. Las nóminas de los funcionarios penden de un hilo por falta de liquidez. Las ayudas a la dependencia están congeladas. Las becas están congeladas. El acceso a la Universidad es cada vez más difícil para las clases más desfavorecidas.

Mientras todo esto sucede, el pueblo catalán sale a la calle para pedir la Independencia y no para luchar por sus derechos.

La reivindicación de la Independencia no es más que una cortina de humo para justificar las políticas neoliberales y escudarse en la falta de financiación desde Madrid. En épocas de crisis, los nacionalismos toman fuerza y me da igual el nacionalismo de España como el de Catalunya.

De hecho me da igual que jodan o que em fotin. El daño es el mismo.