miércoles, 25 de febrero de 2009

Por el cumplimiento íntegro de las penas



Esta tarde me llega un correo con la imagen de "El Rafita". Éste no es otro que el asesino que en el 2003 violó, quemó y atropelló a Sandra Palo de 23 años. El individuo era menor en el momento en que sucedieron los hechos por lo que fue condenado a cuatro años de reclusión en un centro de menores. Actualmente ha salido y disfruta de libertad vigilada durante sólo tres años. En el correo se adjuntan dos imágenes de él y se pide que se difundan a través de la red ya que está prohibido publicarlas en los medios. La foto presenta a un individuo con cierto aire arrogante y chulesco.


Hace un mes que Marta del Castillo desapareció de su domicilio. Finalmente su ex novio ha confesado ser el causante de su muerte y haberla arrojado al Guadalquivir en complicidad con otros tres individuos, uno de los cuales participó activamente en la búsqueda de Marta porque era amigo suyo.


Es bueno que un Estado de Derecho garantice las libertades de los ciudadanos. Es bueno que la presunción de inocencia sea la que prime, que los menores no sean juzgados como adultos y que la privación de libertad tenga como fin la reinserción social de los que, en su día, delinquieron.


Pero, ¿y las víctimas? ¿no son las víctimas ciudadanas de pleno derecho de este Estado?. ¿Por qué la ley protege la imagen de los menores que cometieron actos delictivos hasta el punto de que los medios de comunicación no pueden publicarlas y sí permite que se publiquen las imágenes de las víctimas? ¿Por qué la ley es tan tibia con las condenas y el cumplimiento de las penas íntegras de los que asesinaron impunemente? ¿Por qué el sistema permite salir a aquellos que no se han rehabilitado y que son potenciales reincidentes de delitos tan graves como es el de quitar la vida a una persona?


El Estado de Derecho tiene más agujeros que un queso Gruyere pero quizá si lo blindásemos toparíamos con que tampoco sería tan perfecto como esperábamos.


Todos podemos hacer más o menos demagogia pero no quiero ponerme en el lugar de los padres que han perdido a sus hij@s a manos de esos malnacidos. Ellos sí que cumplen íntegramente la pena de haber perdido a sus hijos para siempre. Esa sí es una condena a cadena perpetua.

1 comentario:

  1. Me adhiero!!!
    Y también para los terroristas, los asesinos, los parricidas. Para todos los que matan.
    Jose A. Bejarano

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